En estas últimas semanas, estuvimos revisando un nuevo tópico el cual es el protagonista de este segundo trimestre: La solubilidad. Este concepto lo analizaremos en breve.
Según el diccionario, la definición de solubilidad es "Capacidad de una sustancia o un cuerpo para disolverse al mezclarse con un líquido". En este caso, analizaremos otros tres conceptos los cuales hacen que este concepto exista: El soluto, solvente y solución.
El soluto es una sustancia, normalmente sólida la cual se disuelve con un solvente, el cual es líquido. De esta mezcla de sustancias se crea una solución. Un ejemplo de esto podría ser el polvo Nesquik, mientras que el solvente es leche. La solución terminaría siendo un fresco vaso de leche chocolatada.
Ahora, probablemente se preguntarán: ¿y qué pasará si le agregamos más o menos soluto a nuestra solución? Pues acá entran los distintos grados de concentración de las soluciones, los cuales son:
Diluído: Cuando la soluci´n está en este estado, es posible poder agregarle más soluto para que el solvente lo disuelva. Este posee un color claro.
Concentrado: Este, a diferencia de el grado visto anteriormente, tiene una tonalidad un poco más oscura, ya que la cantidad de solvente aumentó.
Saturado: Esta es la fase la cual la solución llega a su límite. Aquí el solvente se saturó, y disolvió la mayor cantidad de soluto que pudo. Este posee un color oscuro.
Sobresaturado: La particularidad de este es que el soluto, ya que este pasó de el límite, se encuentra debajo de el recipiente donde la solución es contraída, ya que el solvente llegó a su límite.
Ya teniendo en cuenta estos 4 conceptos, realizamos un experimento para comprobar si esta hipótesis era cierta. En mi caso, utilizé polvo de cacao como soluto y leche como solvente, y aquí está mi experimento terminado:
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